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Como Ford se imagina “La Ciudad del Mañana”

Especial para AUTORUTAS/ENRIQUE KOGAN

La realidad empieza a imponer su voluntad a las ciudades de nuestro mundo. Las poblaciones están aumentando constantemente. Los datos de las Naciones Unidas informan que la población urbana mundial se espera que crezca en 2.500 millones de personas en 2050, con la mayoría concentrada en las ya saturadas ciudades.

Los sistemas de transporte están obsoletos y fallando. Ir de un lugar a otro es cada vez más difícil.  Las soluciones son necesarias para mantener la libertad de movimiento de las personas, y estas soluciones no pueden depender de ideas que todavía están a décadas de realizarse, como los autos voladores o el transporte por una futura versión de túneles subterráneos.

Garantizar que las ciudades del futuro puedan ofrecer todo lo que sus residentes necesitan, es una tarea demasiado grande que cualquier persona o empresa pueda emprender.

Ford se ha dedicado a trabajar con las ciudades y facilitar las discusiones entre cualquiera y todos los que pueden ayudar a construir la “Ciudad del Mañana”, desde políticos hasta urbanistas, empresas de servicios públicos, académicos y ciudadanos.

El primer paso fue el 17 de agosto, cuando Ford convocó a una conferencia en San Francisco, “El Simposio de la Ciudad del Mañana”, donde muchos de estos expertos y entusiastas discutiendo los problemas clave que enfrentan las ciudades.

Problemas para modernizar las redes eléctricas, pensar en cómo los productos pueden ser entregados más eficientemente, y soluciones para llevar la Ciudad del Mañana a la vida, fueron parte de la discusión.

En estos simposios, Ford tendrá discusiones que miran más allá de los titulares diarios.  Analizar específicas tecnologías, que tienen el potencial de mejorar significativamente nuestras vidas, son sólo una parte del rompecabezas para crear mejores formas de vida.

Para entender realmente lo que una ciudad necesita hacer para mover a la gente de manera más eficiente, necesitamos mirar varios aspectos. Algunos de ellos incluyen:

Infraestructura:

Los urbanistas deben evaluar la condición de carreteras y puentes y determinar si la red eléctrica de la ciudad puede acomodar una afluencia de vehículos eléctricos, lo que puede ayudar a reducir la contaminación, pero exigirá mejores métodos de distribución de energía.

Y eso está encima de la afluencia de la gente que se mueve en las ciudades, que también consumirá aún más energía.

Hoy en día sería casi imposible tener una gran ciudad con el 50% de vehículos eléctricos, porque el sistema eléctrico colapsaría.

Cada vez más, desde gobiernos federales y locales, empresas privadas y organizaciones no gubernamentales, deben acordar que la preparación para el futuro requiere más inversión en infraestructura.

Uso de las calles:

Tendemos a pensar en espacios públicos como parques o espacios verdes, pero los espacios públicos más grandes de cualquier ciudad son en realidad las calles, muchas de las cuales fueron construidas hace décadas con un tipo de viajero en mente, que es el propietario de un vehículo personal.

La forma en que usamos nuestras calles es un reflejo de nuestros valores y perspectivas.

Así que la reevaluación de cómo están diseñados ayudará mucho para asegurar que sirven a una variedad de personas y usos efectivos, ya sean vehículos personales o comerciales, usuarios de transporte público, ciclistas o peatones.

Movimientos:

¿Cómo se mueven personas, bienes y servicios por una ciudad? Hay una serie de nuevas tecnologías que afectarán cómo se moverán las personas, incluyendo el despliegue de los vehículos autónomos.

Para que los viajes sean más seguros y más eficientes, los vehículos autónomos tendrán que comunicarse con todas las facetas de un ecosistema urbano interconectado, para que las iteraciones de los vehículos autónomos funcionan de manera independiente.

Mientras tanto, asegurar que las opciones que los viajeros tienen para moverse como el metro, los autobuses, los servicios de bicicletas compartidas y mucho más, se incrementen con tecnología y modernidad.

En estos momentos, estas soluciones generalmente funcionan independientemente, pero construir la “Ciudad del Mañana”, requiere considerar cómo todas ellas interactúan entre sí.

Para garantizar viajes sin problemas para los usuarios, ya sea que utilicen una forma de tránsito o múltiples, las ciudades tendrán que fusionar estas soluciones en una red cohesiva.

Servicios de datos electrónicos:

Por último, y lo más importante, es la cuestión de cómo combinamos lo que sabemos sobre la geografía de una ciudad, con cómo las personas, los bienes y los servicios se mueven a lo largo de ella.

Por ejemplo, ¿cómo podemos usar los datos para ayudar a los operadores de tránsito a determinar las mejores rutas para que funcionen de manera más eficiente y para ayudar a los viajeros a llegar a donde necesitan llegar de una manera más oportuna?

El crecimiento de la población y la población no son los únicos factores. Se espera que la carga urbana, o el movimiento de bienes y servicios, aumenten hasta un 40 por ciento a mediados del siglo.

Las ciudades tendrán que desplegar nuevos modelos de entrega para apoyar un servicio confiable, al tiempo que reducen la congestión y la contaminación. Al optimizar soluciones basadas en su propia geografía, las ciudades pueden ofrecer nuevos servicios que satisfagan las necesidades de sus ciudadanos y empresas.

Debido a que ninguna organización tiene la respuesta para cada problema de movilidad en nuestras ciudades de mañana, llegar al estado deseado requiere que los gobiernos, las ciudades, los miembros de la comunidad y el sector privado colaboren a mayor escala que nunca.

Reevaluar nuestra infraestructura, repensar cómo nos movemos y crear nuevas soluciones de movilidad, estos son enormes desafíos. Necesitamos que nuestras ciudades sean más eficientes, seguras y saludables para acomodar cómodamente poblaciones en crecimiento.

Pero esto también es una oportunidad para crear algo más. Las ciudades son balizas de oportunidades. Estas nos ofrecen una gran cantidad de experiencias en diferentes niveles, desde el crecimiento de la cultura y el avance profesional.

Al unirnos para construir las ciudades de mañana, también podemos asegurar que las generaciones venideras tengan las experiencias dinámicas y vibrantes que fomentan la innovación y el continuo progreso.

Así es como tenemos que pensar en la movilidad, como un espacio de posibilidades. Si lo hacemos, podemos dejar de imaginar la “Ciudad del Mañana” y unirnos para construirla.

Para obtener más información sobre los “Simposios de la Ciudad del Mañana”, visite http://fordcityoftomorrow.com/.

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